12 de octubre de 2009

The side of the blue





Los guiris huelen a playa. Sobre todo los mayores.
Da igual que vengan de Zara o de tomar un café. Huelen a playa.
A vacaciones infinitas.

Mientras se deciden yo pienso en dormir.
Pienso que no me gusta que me toquen el ombligo y que quizás sea alguna especie de trauma posparto. Yo porque no me acuerdo, pero tuvo que ser chungo salir de ahí con lo bien que se tiene que estar.

Pienso que tiene sentido. Que de ahí me vendrá la necesidad de dormir completamente a oscuras, sin ruidos y con la almohada encima de la cabeza.

Ya se han decidido, pero yo ya no estoy allí.
Pienso en música, en respirar hondo y estar tranquila.
Hielo en la nuca, el pecho y los brazos.


Creo que voy a vomitar. Otra vez.



winamp

No hay comentarios:

Publicar un comentario